jueves, 10 de noviembre de 2011

Despierto sin ganas de otro día, y será el último, pocos me creen, hoy llega mi edén. Lo asumo y ni dudo, lo juro de corazón, advierte mi alma muerta. No es una amenaza, es una mentira que acabo siendo cierta. Dejé la puerta abierta y una nota a medio escrita, se leía con dificultad, adiós mamá y papá, decía en ella. Salí descalzo, sin fuerzas, sin ganas me imaginé en el suelo, muerto, y nadie lloraba. Paseo por una calle solitaria todo está oscuro y llueve, las farolas me observan y el paso en el tiempo me duele. El filo de mi cuchilla me aprieta, es ella, llegaré al final de la forma más fácil, LA VIDA NO ES BELLA. Tan sólo busco estar sola ahora, en un laberinto sin salida. Dejé de pedirla ayuda a Dios, hablo con mi conciencia a solas, ella me pide que apriete el gatillo y tengo miedo de decir adiós. Lo siento si he fallado una vez más, he notado la vergüenza al mirarme en el espejo mamá perdóname, te lo suplico! no sé si me explico, estoy sentado en la barandilla de un séptimo piso. Pero, ya estoy muerta por dentro y estoy cansada, estoy harta de vivir huyendo siempre del pasado. Fui cobarde, me rendí más de una vez estuve a punto, punto en mi libreta esta historia incompleta, ya ni lucho. Páginas en blanco, pintadas del rojo de mi sangre, no me merezco ni una lágrima. Mi nota de suicidio llegó tarde, firmé un documento con satanás. Para liberarme solo tengo que saltar sin más.
Porta siempre me entiende en mis momentos de depresión.

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